Es lo que pasa cuando una solo escribe los lunes, que las fechas que quiere homenajear pocas veces caen en el mismo lunes, por lo tanto siempre me anticipo o me retraso y pocas la acierto. Este jueves 19 es San José (aprovecho para felicitar a Josés, Josefas con mi antelación ya mencionada) y quería dedicarle el post a un señor muy especial (cuando digo especial me refiero a casi todos los significados de esta palabra)
Hoy os hablaré de Joan, mi papá, el primer hombre de mi vida pero no el único ni el último…
También fue el primero en componerme una canción, dejaremos de lado el hecho de que tomó prestada la melodía de paté La Piara. Lo sé, es algo extremadamente romántico, pero no seamos criticones anda.
Nuestra relación iba bien después de las canciones de amor que me dedicaba, pero todo empezó a torcerse el día en el que las películas de Disney aparecieron en mi vida:
La cola daba la vuelta a la manzana, muchos niños esperábamos junto a nuestros padres nuestro turno para poder comprar las entradas de cine y poder ver 101 dálmatas. Compramos palomitas y yo me senté entre papi y mami. Nunca he sido amante de los perros pero la señora de pelos de loca con esos abrigos de piel prometía.
No habían nacido los perritos cuando miré a mi padre y me di cuenta de que dormía plácidamente, eso si, las palomitas ya se las había acabado todas. Es posible que roncara, pero al ser un peli de perros que ladraban de vez en cuando disimulaba el solo de papá.
Salimos del cine y miré enfadada a mi padre :
– ¿Por que siempre tienes que dormirte cuando vamos a ver pelis de Disney? ¡Mamá no lo hace!
– A mi no me gustan estas pelis…
La relación se enfrió, empezábamos a no tener nada en común… ¿Como podía compartir yo mi vida con alguien a quien no le gustaran las maravillosas y ñoñas películas de Disney?
No me acuerdo cuantos años tenia exactamente cuando estrenaron la película de Buscando a Nemo, solo se que ya era «demasiado mayor» para ir al cine a ver una peli de Disney, prefería comprarla en DVD y disfrutarla en secreto en el salón de mi casa.
– Has visto la de Nemo? Que buena es! Debes de verla?- me comentó un día mi padre en el que quedamos para comer.
– ¿Has ido solo al cine a ver una peli de Disney? ¿¿¿TÚ??? ¿TÚ HAS IDO SOLO AL CINE A VER UNA PELI DE DISNEY?
Si, lo sé, esto se llama montar una escenita en medio de un restaurante, a lo que él muy tranquilo y sin entender nada me contestó:
– Si, ¿qué pasa?
Incluso hoy en día hay momentos en los que prefiero no contestarle… Si no lo ve él qué le voy a decir yo… Luego me gano fama de loca porque dice que grito demasiado y que aun no está sordo aunque pueda que yo consiga que lo esté pronto.
Después de esta discusión mi madre me regaló el DVD para que pudiéramos ver la película en casa. No sé cual de los dos estuvo más contento la verdad.
Ahora nos plantamos en la época en la que tenía 20 años y unas altas fiebres me amenizaban la existencia. Papá vino a casa para visitar a la enferma como hacía cada tarde.
A veces poníamos pelis de Tarantino o Kubrick, incluso sabiendo que si elegíamos la Naranja Mecánica mamá se enfadaría y se iría del salón ( ¡odio la violencia de verdad, no puedo con esta película! decía antes de dar un portazo e irse bien lejos) y el padre y la hija sádicos se quedaban solos tarareando Beethoven. Tarara ta ta tararararara (sabéis cual os digo, no?)
– ¿Podemos ver la Cenicienta?- le pregunté esperando que pusiera mala cara.
– Bueno, si quieres… – dijo poco convencido.
Pobrecito, ha dicho que si para quedar bien pero ya se está acomodando en el sofá, a ver cuanto tarda en quedarse frito pero como ronque mientras la hada madrina cante Salacadula Chalchicomula Bíbidi Bábidi Bu y convierta a la calabaza en carroza le daré un puntapié.
Y os podéis creer que vimos toda la película e que incluso cuando tuve que pararla para levantarme e ir a buscar un vaso de agua me decía desde el salón
– Va Tanit! ¿¿¿Vienes ya o no??? Pongo play ya eh, va, va, va.
Espero y deseo que no todos los hombres sean así de especiales o me hagan enfadar tantas veces, ( de momento no van muy desencaminados) solo diré que quién diga que no cambian nunca se equivoca, que me lo digan a mi que conseguí que a mi padre le acabaran gustando las pelis de Disney, aunque acabó haciendo eso y más por su hija, porque un padre por su hija lo hará todo, incluso dedicarle canciones con sintonías de anuncios de televisión.
Feliz día del padre para todos los papás que hacen lo imposible para hacer sonreir a todos sus cachorritos, aunque fueran 101.
T’ estimo papi.
Tanit, renueva el calendario, no es el miércoles si no el jueves 19!!!!!!!!!!! mas que nada lo se fijo ya que el 18 miércoles me toca revisión, aclarado el día del padre jajaja solo te diré disfruta de ambos todo lo que puedas y no te enfades, después querrás que estén ahí aunque solo sea para discutir y sera imposibolllll………………
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Que bonic i que bé que escrius Tanit!!!
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