De miedo

de miedo

Llega Halloween y «tocaba» post terrorífico, ¿y que hay más terrorífico que la realidad en la que vivimos o más bien sobrevivimos?

Así es como están las cosas: de miedo. ¿Pero este adjetivo podríamos entenderlo solamente como algo negativo o también como algo positivo? Ya sé que me repito más que el ajo pero es que es lo que pienso: toda situación tiene su «parte buena».

Y es que desde hace meses me siento como si me hubieran metido dentro de una peli de terror, de estas malas, de las que ponen los sábados durante la hora de la siesta. Nos levantamos por la mañana y parece que sigamos sumidos en la pesadilla que hemos sufrido durante nuestras horas de sueño: que si un nuevo ataque terrorista, que si unos putos pirómanos les da por quemar bosques y vidas, que si Trump cree que lo del cambio climático es un cuento chino para niños del Japón (como diría Santi Balmes) o incluso para niños de Korea… y le da por retirarse del acuerdo de París contra el escalofriante cambio climático, que su íntimo amigo de Korea le da por jugar con bombas, que cada día más personas huyen de sus países jugándose la vida para intentar tener una segunda oportunidad, y podría seguir la lista mencionando otro tema que nos toca más de cerca y que últimamente no para de ser noticia en televisiones, radios, grupos de whatsapps, en la cola del super… Así que no voy a continuar hablando de esto ya que aún no es mi hora del tranxilium.

Vale, hasta ahora solo he contado historias para no dormir, para no cerrar ojo, para encogernos el corazón, ¿dónde coño está la parte positiva?

Las ganas de que todo esto no nos coma y el querer seguir creyendo en el ser humano. Pues si, soy de las ilusas que creen que una buena acción puede con mil malas. No nos dejemos echar a perder, por favor, que el miedo que tantos nos quieren meter en el cuerpo  no nos haga odiar, sino luchar conjuntamente contra tanta basura. No entremos al trapo, no discutamos por trozos de tela que tantas guerras han creado. Que el odio no nos invada, que el amor pueda con todo, porque sabemos que si queremos, podemos.

Solo espero y deseo que el año que viene para estas fechas no tenga otra opción que inventarme una historia de miedo. ¿Seremos capaces de no inspirar a la realidad y dejarle el protagonismo de la tragedia a la ficción?