La noche de los tangas rojos

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Para que haya un comienzo antes hay que terminar con lo anterior, poner punto final y empezar hoja en blanco. No, no me refiero a la hoja en blanco para los malditos propósitos de Año Nuevo que escribimos sabiendo de antemano que no cumpliremos.

No es necesario que sea 31 de diciembre para querer cambiar, para querer mejorar, para tener esperanza.

Es bonito empezar enero creyéndo que ese será tu año, que te comerás el mundo con patatas, que todo lo que ha salido mal durante el anterior se solucionará, que todo lo perjudicial para nosotros se quedará en el pasado y todas las sorpresas que nos deparará el futuro serán buenas. De repente tenemos un pequeño tropezón y todos nuestros buenos pensamientos se van a la mierda. ASÍ NO. Si realmente somos más positivos durante esta época, ¿que nos cuesta seguir con este espíritu el resto del año? Este debería ser nuestro único deseo, mantener la fuerza con la que empezamos las cosas hasta terminarla, mantener la ilusión aunque te la quieran quitar.

Por suerte no cada noche será 31 de diciembre… Creo que no lo podríamos soportar.

Pero la última noche del 2014 ya la tenemos a la vuelta de la esquina:

Más conocida como Nochevieja, esa preciosa noche en la que mueren ancianos atragantados con las uvas y las dentaduras postizas, en la que nos tratan de idiotas al contarnos OTRA VEZ la diferencia entre los cuartos y las campanadas y aun así hay quién se equivoca…
En las que brindas con algo de oro dentro de la copa y hay quien se acaba tragando el anillo de boda y acaba el año con una demanda de divorcio y lo empieza celebrando su soltería, por eso te pusiste lencería roja, ¿no?
Esa noche en la que solo sentarse en un taxi te cuesta 7€ sin contar la carrera, en la que una cena de 10€ te llega a costar 40.
En la que todo el mundo sale PORQUE HAY QUE PASÁRSELO BIEN AL EMPEZAR EL AÑO, y acabas pisado, con manchas de cubatas en el vestido mas caro de Bershka, y con ganas de matar a todo el mundo.

Y tampoco cada mañana será 1 de enero, en el que despertarás con un tremendo dolor de cabeza y preguntándote dónde está tu tanga rojo.

Que la Nochevieja os sea leve, y la resaca también. Que lleguéis todos a casa sin vuestra ropa interior roja, señal de que habrá sido una noche para recordar (si es que os acordáis de algo) y para no contar a vuestros nietos.

Os deseo salud, salud y salud. El dinero y el amor ya vendrán.

Y yo brindaré por todos vosotros, para que el año que viene pueda seguir escribiendo y vosotros podáis seguir leyéndome.

GRACIAS Y MUY FELIZ 2015

 

Y aquí va mi punto final para el 2014.

 

Se montó el Belén

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Mira que tenerme que ir sola a Belén con este coche que no tira, creo que hasta con un burro hubiera ido más rápida.
Pero las compras navideñas no podían esperar más, y hoy hacen las grandes rebajas en el gran centro comercial de Belén y aprovecharé para comprar todas las cositas para el niño que está a punto de llegar…
José estaba un poco raro, me ha dicho que se tenía que quedar en casa para ver los resultados de la lotería de Navidád, que a ver si nos toca que buena falta nos hace, que con la crisis la madera va muy cara y encima a la gente les ha dado por comprarse los muebles en IKEA.
Tiene razón, pero yo también creo que está un poco sorprendido con lo de mi embarazo. Creo que no entiende muy bien qué significa que el Espíritu Santo me haya dejado en estado y que yo siga siendo virgen.
Pero esto de tenerme que ir sola a Belén no me hace nada de gracia, encima ahora empiezan a nevar bolas de porexpan, no entiendo nada.
La tripa me impide ver el volante, y el coche se ha salido de la carretera sin querer y se ha pinchado una rueda.
La arena del desierto parece serrín del que sueltan en los parques de atracciones cuando los niños mareados vomitan delante de la montaña rusa.
Tres señores muy majos me han socorrido, dicen que ellos también se dirigen a Belén, que hoy nace un tal Mesías en un portal. Qué cutres los padres que van a tener al niño en un portal, como si no hubieran hospitales, la gente cada día está peor.
Me han dicho que el coche no estará arreglado hasta mañana y no tengo donde hospedarme, con lo de este Mesías se ve que hay overbooking en toda la ciudad. La mayoría son periodistas de la prensa rosa que quieren la exclusiva para sus revistas.
Este nombre de Mesías me parece muy feo. El Arcángel Gabriel me dijo que llamara Jesús a mi hijo, pero a mi me gusta más Kevin Costner de Jesús. creo que el nombre ya te marca desde la cuna y llamándote así se nota que aspiras a llegar lejos.
A José no le hará nada de gracia que me quedé a dormir una noche fuera de casa…¡Haberme acompañado!
Los tres señores también se dirigían al centro comercial, y han sido muy amables al decirme que me buscarían alojamiento para esta noche.
Una de las cosas malas de estar embarazada es que una, todo el rato, tiene que ir al baño a hacer pipí, casi no he podido ir a comprar nada porque todo el rato me lo he pasado yendo y viniendo de los servicios de señoras hasta que me he quedado encerrada, ya que la manilla de la puerta se ha quedado en mi mano. ¿Qué tipo de chapuzas ha hecho esto? José lo hubiera arreglado en un momento, pero como no ha querido venir…
La señora de la limpieza me ha rescatado, me ha tratado de poco limpia al ver un charco en el suelo: Señora, ya podría haber hecho sus necesidades en el water que lo tiene aquí mismo…
He roto aguas y estoy con la señora de la limpieza en el centro comercial. El niño quiere nacer ¡ya!
Las tiendas están a punto de cerrar, ¡no he podido hacer las compras! He empezado a quejarme mucho delante de la tienda de colchones y me he sentado en la cama del escaparate porque no podía con mi alma.
El dependiente se ha puesto las manos en la cabeza cuando ha visto que iba a dar a luz en uno de sus colchones más ergonómicos.
-¿Llamamos al padre de la criatura?
– Mejor llame a mi marido, que aun se enfadará.
El niño es precioso, como el nombre es muy largo la gente lo llama Jesús a secas. A José se le cae la baba con él, aun estamos en el escaparate de la tienda de colchones, creo que no tendremos más remedio que quedarnos con este colchón. La verdad es que es muy cómodo.
Ha venido la prensa, se ve que mi niño ha tenido más protagonismo que el Mesías ese. Ay, que cosita más bonita…
Los tres señores que me han rescatado en la carretera cuando el coche me ha dejado tirada, han venido a vernos. Resulta que son los dueños del centro comercial y nos regalan las compras navideñas. ¡Qué majos!
La gente que estaba de compras tenían las caras pegadas contra los cristales del escaparate. El chico de la tiende ha vuelto a quejarse, mañana tendrá que limpiarlos.
Aunque estemos rodeados de mirones para mi solo existimos nosotros tres, no se si Jesús llegará a cambiar la vida de millones de personas, solo se que las nuestras las cambiará, y yo con eso ya soy feliz.

Por cierto José, y la lotería de Navidad que?

 

¡Feliz Navidad! , deseo que el humor y la salud (porque la lotería a algunos no nos ha tocado…) os acompañen durante estas fiestas y que los peces en el río no sean los únicos que beban y beban por ver a Dios nacer.

 

Y se acordó de abrir los ojos

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¿Como era posible que hubiera acabado así? ¿Habíamos subestimado a la bruja del Crohn?

Todos vimos como la princesa cayó fulminada cuando le pinchó el dedo el chico de la ambulancia. Hacía rato que decía que estaba mareada, normal con esos bailoteos que se estaba marcando en ese concierto, la acompañamos a la ambulancia que se encargaba de las grupies desmayadas, porque las hadas madrinas somos así siempre estamos a su lado, y le miraron el azúcar. Esa fue la última vez que la vimos con los ojos abiertos.
Las enfermeras la llamaban la Bella Durmiente, toda su larga melena estaba recogida en una coleta despeinada, no quería ni imaginarme lo que costaría cepillar esos nudos, se pondría histérica cuando se despertara, porque si, porque estaba segura de que iba a despertar.
Nadie nos podía ver, las hadas somos así de tímidas, pero estábamos todo el día en esa habitación cuidando de ella. Cuando alguna máquina pitaba nos asustábamos y empezábamos a volar sin control dándonos cabezazos con el techo y chocando las unas contra las otras. Entraba el personal sanitario y escuchábamos atentamente desde encima del armario que decían de nuestra Bella Durmiente.
Todo era culpa de la bruja del Crohn, llevaba maldiciendo a nuestra princesita desde hacía años pero nunca le había hecho tanto daño como ahora.
Un tubo le entraba por la boca, era para que respirara asistidamente, oíamos que decían los médicos. Tenía una grave infección en la tripa, y esa infección había pasado a la sangre. Lo veían mal, fatal, pero nosotras no perdíamos la fe en ella y trabajábamos cada día para curarla. También le cantábamos canciones, le encanta la música, le colgamos posters de sus artistas favoritos y yo noté como sonreía.
Pero era desesperante verla así, ¿en que estará soñando? ¿O tendrá pesadillas? Ay pobrecita mía, ¡despiértate ya dormilona!
Llegó ese día, el día en que abrió los ojos, aunque llevara semanas sin hacer ese gesto parecía ser que no se había olvidado de como se hacía.
Sus ojos eran de colocada, a saber lo que le estaban metiendo por las venas. Con su mano llena de vías y sueros intentó quitarse el tubo de la boca y todas las hadas corrimos a pellizcarle la mano, ¡ni se te ocurra! Nos pusimos nerviosas y volvimos a chocar las unas contra las otras y empezaron a saltar destellos dorados. ¡Nuestra Bella Durmiente había despertado! El don que le habíamos regalado el día en que nació había cumplido su misión, ¿que cual es? La supervivencia. ¿No lo veis?

Creo en las hadas, ya que creer en algo es darle vida, creo en la magia y en la suerte, en saber abrir los ojos y seguir soñando. Creo en todo lo que ha hecho que hoy pueda estar escribiendo estas palabras. Y todo lo que soñé, pesadillas incluidas, siguen presentes en mi memoria, las que serán contadas ¿y publicadas? las hadas me han dicho que si.

Gracias «hadas», gracias.

Se la tirita, se la cicatriz

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“(…) uno se conoce a sí mismo y sabe lo fácil que es resultar herido, sobre todo si uno se emplea a fondo. A mí me gusta comer de verdad, beber de verdad, besar de verdad, charlar con los amigos de verdad, enamorarme de verdad y cuando pones tanto en todas esas cosas lo más normal es que salgas lleno de cicatrices”. Don Joaquín Sabina

Cicatrices, también conocidas como marcas de guerra, esa guerra llamada VIDA en la que todos luchamos día a día sin tregua alguna.
A veces ganamos, otras no. Perder contra la vida es caer en picado por un precipicio, darte contra un muro. Si ELLA no te quiere ¿quién lo hará?
¿Por que me has hecho esto? Le preguntas constantemente. Lo eras TODO para mi y me has dejado solo. ¿Que haré sin ti?
Y empieza a romperse algo en tu interior, no lo puedes ver, pero lo sientes. Las cicatrices internas, las más difíciles de curar, las más fáciles de volver a abrir…
Las cicatrices son antiguas heridas que sanaron o simplemente se cerraron, que el tiempo todo lo cura, o el tiempo todo lo olvida. Siempre recordarás qué tuviste que olvidar.
¿Y las externas? También te las ha hecho ELLA, a través de un accidente, a través de las manos de un cirujano, a través de tus propias manos…
Estas la verás, día a día te recordaran que perdiste, que ELLA te abofeteó. ¿Y tú que hiciste?
La conquistaste.
Después de cada herida viene la recuperación y la sigue la conquista.
Te la GANASTE, le dijiste que aceptabas la derrota pero que no estabas dispuesto a arrastrarte NUNCA más. Harías lo imposible para enamorarla cada día más, porque sin ti no soy NADA. Porque sin ti no soy.

Y me volverás a hacer daño, pero sabré encajar el golpe, te miraré fijamente y te demostraré que estoy hecho para ti.

Y que difícil nos lo pones. Y cuanto nos haces sufrir. Y cuanto te amamos.
Acabo viendo belleza en esas marcas que tienen tantas historias detrás, superación, valentía, escondiendo ese miedo y mucha oscuridad.
Estarán con nosotras hasta que ELLA lo decida.
Somos tus marionetas, pero no nos mueves a tu antojo, porque yo ya no soy tuya. ERES TÚ QUE ERES MIA.

Os dejo una canción que solía cantar a pleno pulmón cuando me quitaban las grapas de una de mis múltiples cicatrices. Si, la enfermera me hacía los coros, sino no tiene gracia:

Basta de blues (M-Clan)

Yo ya sé que hay sufrimiento
yo ya sé que el futuro va a estallar.
Pero también sé que durmiendo a tu lado ya no vuelve el miedo más.
Se acabaron los dias de luto, las huidas por la puerta de atras.
No voy a perder ni un minuto para dejarme llevar…

Sé que esta vez va a salir bien, basta de blues, la pena se fue.
Sé que esta vez es de verdad, dime si tú sientes igual.

 

Título del post: frase de la canción Elástica Galáctica de Supersubmarina

 

 

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