Postureo navideño

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Ilustración de Jordi Labanda

Espero por el bien de vuestro postureo navideño que ya tengáis la casa invadida por un árbol con luces que pueden provocar ataques epilépticos o un notable incremento en la factura de la luz, velas llenas de purpurina que dejarán huella hasta las próximas navidades, belenes con ríos, huertos, pistas de aterrizaje e incluso algún McDonalds (acordaros que la gracia está en que también haya el nacimiento del niño Jesús), coronas que adornan vuestra puerta principal y que involuntariamente crean una competición en el rellano por ver quien la pone antes, más grande o más hortera, y un sinfín de adornos curiosos y típicos de estas fechas. Sí, los chinos del barrio están encantados con nuestro ataque de consumismo decorativo.

El postureo navideño también va acompañado de una necesidad incomprensible por jorobarle la existencia a tu pobre aparato digestivo, en serio, ¿qué os ha hecho? De repente todas las calorías que se suelen consumir en un día entero se consumen en cada comida. Y cuando ya está a punto de reventar el pantalón, llegan los postres para acabar de «contentar» a tu colon, tu glucosa, tu epidermis y otras partes de nuestro cuerpo que saltan de alegría cuando ven en el calendario que estas fechas se están acercando.

Al hablar de postureo navideño también podría dar mi opinión sobre vestidos con brillibrilli, con lentejuelas, sobre compras compulsivas, villancicos (sobretodo el nuevo de Leticia Sabater), cestas de Navidad, cenas de empresa, amigos invisibles… pero, prefiero haceros una pregunta: ¿A partir de todo lo que he nombrado creéis que cumplís todos los estereotipos para ser un buen postureta navideño?

Si vuestra respuesta ha sido sí, os haré otra pregunta, ¿pero ya tenéis el libro del año (sí, en mi mini mundo ha sido el libro del año) Farrándula, el postureo?

Ningún postureta puede no tenerlo, eso sería un sacrilegio, un pecado navideño (sí, ese termino existe, lo sé porque me lo acabo de inventar) pero si no lo tenéis no os pongáis  nerviosos, en estas fiestas TODO tiene solución (menos los kilos de más y el odio que siente tu cuñada hacia ti) y yo os doy dos opciones para que podáis tenerlo como regalo durante estas fiestas (para alguien o para ti mismo, en eso no voy a meterme):

1- Entrar en Amazon y pedirlo. CLICAR AQUÍ

2- Mandarme un mail a tanit_tb@hotmail.com y recibir uno de los últimos ejemplares de la primera edición dedicados por la menda.

No estamos hablando solamente de una historia de postureo, de apariencias y engaños hacía los demás y hacía uno mismo, sino también de una historia para reflexionar. Siempre hay tiempo para eso, para pensar, para aprender, para recapacitar, para cambiar de opinión y actuar.

Sexo, drogas y postureo, con estas tres palabras podríamos decir mucho de esta novela, sobre lo primero no tengo nada malo a decir siempre y cuando las personas que lo practiquen quieran hacerlo y haya protección, que luego pasa lo que pasa (como en el libro), sobre las drogas… solo diré que un euro de cada ejemplar vendido es donado a la Unidad de Conductas Adictivas del Hospital Clínic y sobre el postureo… en el libro me quedo muy tranquila soltando en tono irónico pero despiadado todo lo que pienso.

Os dejo un video donde hablo sobre algunos aspectos del libro: CLICAR AQUÍ

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Para acabar, solo remarcar que parte del postureo de estas fiestas también es tener buenos deseos para los demás, pero a veces con desear no es suficiente, ahi lo dejo.

Gracias por vuestra grata compañía,

os quiero!!!

Tanit

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Ilustración de Jordi Labanda