El fantástico mundo de las pruebas hospitalarias 

Siempre he pensado que si algún día se hiciera una peli de mi vida (si, soy una flipada) el filme empezaría estando yo ( o la super actriz de hollywood que hiciera de mi) dentro de una máquina de resonancias escuchando, a través de los auriculares, las instrucciones de los técnicos y los radiólogos diciendo: coge aire, no respires (y al cabo de 5 minutos) respira.

Media hora allí encerrada da mucho que pensar, más incluso que cuando te metes en la cama y consultas con la almohada preguntas sin respuesta que no te dejan dormir.

Normalmente te aconsejan cerrar los ojos cuando estás dentro del tubo de la resonancia, yo los dejo bien abiertos y cuento las pequeñas manchitas o imperfecciones que tiene el techo de esa máquina que casi me roza la punta de la nariz.

Sé que al otro lado del cristal están pendientes de mi, de mis constantes vitales, de por donde está bailando el contraste que me han hecho beber y el que me están introduciendo por vena.

Pero aun sabiendo todo esto es el momento en el que me siento más sola, en el que todos los fantasmas del pasado me rozan la planta de los pies, y allí es cuando mi cabeza empieza a proyectar imágenes ocurridas lejos de ese sitio, imágenes en las que no paro de reír, y de fondo una música que no tarareo por miedo a que alguien me escuche y se piense que me está dando un patatús y me saque corriendo del tubo.

A veces las películas que proyecto en mi imaginación se ven borrosas por falta de oxígeno, ¿se habrán olvidado de decirme que ya puedo volver a respirar?

Qué triste sería morir ahogada dentro de una «reso», qué poco glamour… Aunque quizás quedaría mucho peor morir en medio de una colonoscopia, esa prueba que tantas risitas tontas provoca por el hecho del sitio por donde se introduce el tubo.

Y que más da, si con la sedación no te enteras de nada y encima te llevas un buen colocón de regalo…

Una amiga siempre me contaba que le pedía al anestesista un besito en la mejilla antes de dormirse, para asegurarse que la introducción del tubo sería un acto de cariño y no una vulgar prueba en la que pierdes una vez más toda tu dignidad.

«Quítate toda la ropa y ponte esta bata», esto ya motiva muy poco antes de entrar a cualquier sala de rayos X. A veces me da por pensar cuanta radiación llevo encima y si algún día tendré el poder de brillar en la oscuridad…

Podría estar horas hablando de camilleros majos que te cuentan chistes antes de entrar a quirófano para intentar relajarte, de médicos conocidos que te preguntan como estás cuando van entrando uno detrás de otro a la sala de operaciones mientras a ti te están empezando a enchufar aparatitos por todo el cuerpo: » Pues bien, aquí desnuda y a punto de estar abierta en canal» me dan ganas de contestar.

Pruebas de capacidad pulmonar en los que te ahogas con el ventolín, pruebas ginecológicas en las que te ves obligada a mostrar el alma a todo el que pase por esa habitación, pruebas de muestras de médula ósea en la que una aguja larguísima tiene la poca vergüenza de traspasarte el escote…

Pruebas largas y pesadas, horas de torturas y nervios, muchos nervios por los resultados, por eso estoy feliz de tener siempre a buenos acompañantes en la sala de espera, por tener a grandes profesionales que si hace falta me cantan la zarzamora para distraerme…

Y ojalá, algún día las resonancias para los mayores pudieran ser como las de los pequeños valientes del Hospital Sant Joan de Déu, (ver enlace)

http://www.elperiodico.com/es/noticias/sanidad/sant-joan-deu-transforma-las-resonancias-una-aventura-espacial-para-los-ninos-3530050

y ya no tenga que imaginarme aventuras porque ya la estaré viviendo dentro de una nave espacial. Gracias a todos los que lográis que el sufrimiento se convierta en aventura y aprendizaje.

4 comentarios en “El fantástico mundo de las pruebas hospitalarias 

  1. Como siempre TANIT genial todo lo k dices…. Y x suerte las pruebas tuyas son para confirmar k el crohn ya se fue de vacaciones al país de nunca jamas….
    A mi las pruebas, aúnq parezca mentira….son un alivio….me avisan mentalmente k me están vigilando y que lo que salga en los resultados se van a tener k poner laS pilas los médicos para solucionar el problema. Los médicos gracias a Dios cuando tratan a una persona joven (todavía me lo considero) son súper amables…y aunque los resultados sean nefastos hacen lo que pueden.
    Si no fuera x ellos y nuestras fuerzas…no veríamos el sol cada día…
    Cuando era pequeña soñaba en ser arquitecta de mayor…ahora si tuviera que estudiar algo seria medicina….o enfermera…una simple manera de devolver el gran trabajo que hacen ellos en los hospitales…

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  2. Ja ja ja haces lo mismo que yo en la maquina de resonancia, tanto es asi que a veces ni escucho lo que me dicen, de lo que pienso en otras cosas, yo deseando que llegue el lunes, si soy masoquista mas pruebas pero si me quitan el dolor me doy por satisfecha, ya que mi Crohn a pesar de resetearle no se olvida de mi ni a tiros y ahora empiezan a salir las cositas malas de las operaciones, en fin, continuaremos luchando otra temporadita al menos…….

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  3. Hola! Que buen post. Me sentí muy identificada porque estaba pensando que en medio de todo esto, desarrollamos habilidades inmensas de imaginación y espera pero hay una adicional: la capacidad de tragar grandes cantidades de líquido horrible para prepararse para las pruebas.

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