La Reina de Corazones Rotos

IMG_7546

¿Cómo podía juntar en un mismo post Carnaval y San Valentín? Fácil, disfrazándome e inventándome la verdadera historia de una de mis reinas favoritas: La Reina de Corazones.

Reina del mundo de detrás del espejo, de la otra realidad, del País de las Maravillas. No entendía por que era más conocida aquella mocosa que se había colado un día en su reino que la propia propietaria de todas esas tierras. Las flores que hablan, las galletas que piden ser comidas, las celebraciones de feliz no cumpleaños, todo, todo le pertenecía a la Reina de Corazones, hija del rey de Corazones y actual Reina de Corazones Rotos.

Su actual maridito seguía jugando al cricket con un flamenco rosa, sus soldados cartas pintaban las rosas de rojo. El lema de que le corten la cabeza era esencial para que todo funcionara como era debido.
Su obsesión por el rojo venía de lejos, quizás fue el Rey de Picas, su primer esposo, el culpable. Él le enseñó lo que ese color significaba: amor y sangre. Las dos cosas eran la misma y una no podía existir sin la otra. Cuantas historias le había contado ese rey, cuantas fábulas que la fascinaban y le hacían admirar y querer aun más a ese maravilloso hombre. Lástima que al cortarle la cabeza todo se acabara. Nada de eso hubiera pasado si él no la hubiera engañado, si él no la hubiera traicionado. ¿Que tenía esa cocinera que no tuviera ella? ¿Olor a coliflor? Vale si, le regalaba galletitas en forma de corazón al Rey de Picas, ya podría haber sido diabético… La Reina de Corazones pasó a ser la Reina de Corazones Rotos. Ya no quedó amor en su corazón pero si sangre, sangre fría y helada para seguir casándose y acabar cortando la cabeza a todos sus reyes. Si se cansaba de ellos ¿qué podía hacer? ¿cortar con ellos? Eso era una situación incómoda, mejor cortar la cabeza y la relación a la vez. Dos pájaros de un tiro y una corona más para su colección. ¿Acaso creíais que guardaba las cabezas de sus reyes en una habitación secreta o en un museo del terror? ¡No era tan frívola! Solo guardaba sus coronas con el emblema de cada uno de ellos. Aunque un secreto os podría contar, del Rey de Picas no solo guardó su corona, dentro de una caja aun latía su corazón.
Él que estaba muerto aun sentía, ella que estaba viva sufría por el dolor de su cicatriz.
El Rey de Diamantes también quiso enseñarle algo a la reina, a apreciar el brillo de de esas piedras preciosas que él poseía en escandalosas cantidades. Tuvo éxito en su labor, igual que el Rey de Picas, y si, también terminó como él. 
Al Rey de Tréboles más le hubiera valido ser de un trébol de cuatro hojas, pobrecito, ni una semana duró. 

Ahora hacía justo un mes que había contraído matrimonio con el Rey de Copas, no había tenido más remedio que empezar a casarse con la realeza de la baraja española ya que de la de poker no quedaba ni rastro a parte de ella… Aunque el Rey de Espadas le daba un poco de respeto, a ver si sería él quién le acabaría cortando la cabeza.

 

Antes de despedirme hasta el próximo lunes solo quería deciros que participo en el concurso de blogs de 20 minutos, os dejo el link por si alguien quiere votar a favor de mis locuras (hay que estar registrado para poderlo hacer…) GRACIAS 🙂 http://lablogoteca.20minutos.es/un-gramo-de-locura-48704/0/#vota

 

9 comentarios en “La Reina de Corazones Rotos

Deja un comentario