Y se acordó de abrir los ojos

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¿Como era posible que hubiera acabado así? ¿Habíamos subestimado a la bruja del Crohn?

Todos vimos como la princesa cayó fulminada cuando le pinchó el dedo el chico de la ambulancia. Hacía rato que decía que estaba mareada, normal con esos bailoteos que se estaba marcando en ese concierto, la acompañamos a la ambulancia que se encargaba de las grupies desmayadas, porque las hadas madrinas somos así siempre estamos a su lado, y le miraron el azúcar. Esa fue la última vez que la vimos con los ojos abiertos.
Las enfermeras la llamaban la Bella Durmiente, toda su larga melena estaba recogida en una coleta despeinada, no quería ni imaginarme lo que costaría cepillar esos nudos, se pondría histérica cuando se despertara, porque si, porque estaba segura de que iba a despertar.
Nadie nos podía ver, las hadas somos así de tímidas, pero estábamos todo el día en esa habitación cuidando de ella. Cuando alguna máquina pitaba nos asustábamos y empezábamos a volar sin control dándonos cabezazos con el techo y chocando las unas contra las otras. Entraba el personal sanitario y escuchábamos atentamente desde encima del armario que decían de nuestra Bella Durmiente.
Todo era culpa de la bruja del Crohn, llevaba maldiciendo a nuestra princesita desde hacía años pero nunca le había hecho tanto daño como ahora.
Un tubo le entraba por la boca, era para que respirara asistidamente, oíamos que decían los médicos. Tenía una grave infección en la tripa, y esa infección había pasado a la sangre. Lo veían mal, fatal, pero nosotras no perdíamos la fe en ella y trabajábamos cada día para curarla. También le cantábamos canciones, le encanta la música, le colgamos posters de sus artistas favoritos y yo noté como sonreía.
Pero era desesperante verla así, ¿en que estará soñando? ¿O tendrá pesadillas? Ay pobrecita mía, ¡despiértate ya dormilona!
Llegó ese día, el día en que abrió los ojos, aunque llevara semanas sin hacer ese gesto parecía ser que no se había olvidado de como se hacía.
Sus ojos eran de colocada, a saber lo que le estaban metiendo por las venas. Con su mano llena de vías y sueros intentó quitarse el tubo de la boca y todas las hadas corrimos a pellizcarle la mano, ¡ni se te ocurra! Nos pusimos nerviosas y volvimos a chocar las unas contra las otras y empezaron a saltar destellos dorados. ¡Nuestra Bella Durmiente había despertado! El don que le habíamos regalado el día en que nació había cumplido su misión, ¿que cual es? La supervivencia. ¿No lo veis?

Creo en las hadas, ya que creer en algo es darle vida, creo en la magia y en la suerte, en saber abrir los ojos y seguir soñando. Creo en todo lo que ha hecho que hoy pueda estar escribiendo estas palabras. Y todo lo que soñé, pesadillas incluidas, siguen presentes en mi memoria, las que serán contadas ¿y publicadas? las hadas me han dicho que si.

Gracias «hadas», gracias.

16 comentarios en “Y se acordó de abrir los ojos

  1. Te aseguro que nunca en mi vida podré olvidar esa primera visita. Quizás las siguientes, haciendo compañía a tu madre quedan más disipadas, pero esa primera visita, en mi puñetera vida se me va a olvidar. No sé si te llegué a contar lo que me sucedió en el tren al volver del hospital, debería contártelo, creo que te hará ilusión y desde luego, después de ese día tengo fe absoluta en las personas, en la energía y como solo un pequeño pensamiento positivo puede crear verdaderos milagros.!
    Recuérdame que te lo cuente, si puede ser, con una taza gigante de café entre las manos 🙂
    Un besito pequeña guerrera!

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  2. Wuau chica… Yo hace uno 8 años que protagonice el cuento de la bruja… También así de repente, sin prologo ni nada… El despertar con los ojos de colocado, el no tener ni puñetera idea de que esta pasando (pero algo te hueles) aunque con tanta droga pal cuerpo se agradece la paz interior … En fin… He revivido esos malditos días leyendo tu relato pero desde un enfoque súper cariñoso y me ha encantado…

    Sigue escribiendo bella despierta!!!)

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  3. como compañera de crohn , pero para nada tan fuerte como el tuyo por suerte para mi., te digo q eres un ejemplo a seguir que eres muy fuerte , hay q tener dos ovarios con todo lo q llevas pasado. te sigo desde q te vi en un programa contando todo el proceso . En fin te admiro por lo valiente q eres ( no soy ni la mitad vivo asustada , aun cuando mi crohn me deja tranquilamente vivir) , no se q mas decirte !!! QUE TE ADMIRO TANI!!!

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  4. Hola Tanit, esta semana esperaba impaciente tu entrada en el blog. Me estoy haciendo adicta a tus relatos!.
    Sabes… yo también tengo un blog… Lo abrí porque quería experimentar con eso de ir contando lo que a una le va apeteciendo…. aunque lo tengo un poco en secreto porque no tengo demasiada gracia escribiendo… aún así de vez en cuando dejo caer algo. Nunca había sido bloguera, pero es todo un mundo y me encanta. A veces encuentras cosas muy chulas y personas (y mundos) muy especiales.
    Hace poco escribí precisamente sobre esto.. yo también cerré y abrí los ojos. Cuando me operaron para hacerme una resección intestinal. A los dos días, en el control, vieron que el intestino se me había soltado. Con el tiempo el cirujano me dijo que si de normal eso pasaba en muy pocas ocasiones mucho más difícil era que se me hubiese soltado por los cuatro puntos de unión. Osea… un desastre. Me intervinieron de urgencia con una peritonitis muy grave. Los médicos le dijeron a mis padres, varias veces, que se esperasen lo peor. Pero para mi fue lo mismo… Me encontraba mal antes, durante y después… yo sólo había cerrado los ojos y los había vuelto a abrir. Con el tiempo y los testimonios contados a media voz de mi familia y amigos fui sabiendo lo que habían supuesto esos días.
    Me hicieron una ileostomía y a los siete meses volví a pasar por la misma operación para la reconstrucción. Ahí sí que pude vivirlo todo. Tanto, que me desperté gritando como una loca. Ay! es lo que recuerdo con más orgullo. Desde la inconsciencia del despertar de una anestesia, RUGÍ como una salvaje. Menudo espectáculo armé. Siempre que lo recuerdo se me dibuja una sonrisa de orgullo. No lo puedo evitar… es el mejor homenaje que me pude hacer. ( De normal soy una persona introvertida y tímida… De echo la primera vez que me desperté de mi primera operación, antes de que hubiese sucedido nada, iba pidiendo besos… Síiiii que vergüenza!! le pedí besos al anestesista que inmediatamente me mandó con mis padres y al cirujano cuando subió a verme a la habitación… jajajj en fin…
    Te paso mi blog. Ya que tú compartes con nosotras tus historias. Bueno, pues yo hago lo mismo contigo.
    http://www.mariamunyoz.blogspot.com.es/
    Un beso!!

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